El voyeurismo es una práctica sexual clasificada como un trastorno de carácter sexual y que consiste en la experimentación de placer sexual mediante la observación secreta de objetos o situaciones íntimas ajenas.
El goce mediante la observación anónima
Esta práctica no debe confundirse con el placer obtenido gracias a la observación de la pareja en el ámbito privado. Que nos guste recrearnos en el físico de nuestra compañera o compañero sexual y que ello provoque en nosotros un aumento de la libido y la excitación es algo totalmente normal y común. Sin embargo, la peculiaridad del voyeur o del mirón reside en que no establece un contacto real con el objetivo de su excitación. Su inseguridad e inhibición patológicas le hacen incapaz de llevar a cabo cualquier tentativa de interacción física con otras personas.
¿El voyeurismo tiene sexo?
Aunque suene a tópico pasado de moda, los expertos en parafilias (desvíos en la conducta sexual) establecen que, en general, el voyeurismo es más frecuente en los hombres que en las mujeres. Hay que distinguir, según ellos, entre el voyeurismo grave que se asocia en exclusiva a la práctica masculina, y el voyeurismo encubierto, más frecuente en las mujeres. Se considera que el hombre es más proclive a la excitación mediante el sentido de la vista, por lo que los casos registrados en mujeres son mucho menores. Es muy frecuente que los hombres cuando pasean por las calles observen a las mujeres que llevan ropa ajustada, fijándose sobre todo en el Cameltoe o en los pezones. Incluso hay muchas mujeres que les gusta ser observadas por la calle por hombres mirones.
¿A las mujeres no les gusta mirar?
Que las mujeres no suelan practicar el voyeurismo no quiere decir que no encuentren placer en la observación de objetos y contenidos sexuales. Los seres humanos somos visuales por naturaleza y la vista es una fuente inagotable de estímulos. De hecho, tanto a los hombres como a las mujeres les resultan altamente eróticas las escenas de masturbación. Sin embargo, parece que en el caso de ellas prefieren limitar ese placer al terreno de las fantasías sexuales y el autoerotismo. Prefieren el exhibicionismo a la pasividad del voyeur. Aunque las mujeres no practican tanto el voyeurismo como los hombres, el número de mujeres que se excitan con esta parafilia es mucho mejor a lo que cree la mayoría de la gente.
¿Cuál es el perfil de una “voyeuse”?
La “voyeuse” (o versión femenina del voyeur) sería una mujer con dificultades para interactuar social y sexualmente con otras personas. En ningún caso se trataría de una ninfómana o una exhibicionista. Muy al contrario, su perfil correspondería con alguien retraído y sexualmente inseguro. Disfrutar del sexo de una forma liberal y abierta, encontrando placer en la materialización de fantasías tanto en la masturbación como en las relaciones sexuales plenas no implican necesariamente un gusto por el voyeurismo.
Espero que os haya gustado nuestro artículo sobre el voyeurismo y que os haya quedado un poco más claro en qué consiste esta práctica sexual.